LAS VECES QUE BORGES FUE ENTREVISTADO POR VARGAS LLOSA

02.09.2020

LA PRIMERA VEZ que Mario Vargas Llosa entrevistó a Jorge Luis Borges fue en 1963, cuando era traductor de noticias en la Radio Televisión Francesa y estaba casado con Julia Urquidi. Eso lo cuenta en una entrada dedicada al escritor argentino en El diccionario del amante de América Latina.

Borges había ido a París para dictar un par de conferencias sobre literatura fantástica y literatura gauchesca y "se resignó a conceder una entrevista (una de mil) al oscuro periodista de la radiotelevisión francesa que era este escriba"[1]. O sea, él.

Borges, recuerda Vargas Llosa, "era, todavía, un sencillo y tímido intelectual porteño pegado a las faldas de su madre, que no acababa de entender la creciente curiosidad y admiración que despertaba, sinceramente abrumado por el chaparrón de premios, elogios, estudios, homenajes que le caían encima, incómodo con la proliferación de discípulos e imitadores que encontraba por donde iba"[2].

Lo vio luego muchas veces más, como cuenta el novelista peruano, en Londres, Buenos Aires, Nueva York, Lima, y hasta lo tuvo en su casa por varias horas. Pero para comprobar una cosa: que "ya solo tenía oyentes, no interlocutores".

La última, la que trajo el distanciamiento de ambos escritores, fue en 1981.

Borges, recuerda Vargas Llosa, "era, todavía, un sencillo y tímido intelectual porteño pegado a las faldas de su madre, que no acababa de entender la creciente curiosidad y admiración que despertaba..." 

Vargas Llosa ese año había publicado una de sus novelas más celebradas, La guerra del fin del mundo, y Borges, un año antes, había ampliado su prestigio literario con la obtención del premio Cervantes, el galardón más importante que puede recibir un escritor en lengua castellana.

El motivo de la entrevista fue el programa La Torre de Babel, que dirigía el novelista peruano en Lima.

Esta se realizó en Buenos Aires, capital a la que se había desplazado Vargas Llosa para entrevistar al maestro argentino. Al final de ella, el escritor peruano le hizo notar "la modestia de su departamento, que tenía incluso las paredes deterioradas, que había visto goteras en el techo..."[3].

Esto habría molestado a Borges, quien fue distante con él la siguiente vez que se vieron. Al parecer, según Vargas Llosa, la alusión a las goteras de su casa "lo ofendió tremendamente"[4].

Hasta aquí la versión de Vargas Llosa. No se conocía la opinión de Borges al respecto.

Vargas Llosa ese año había publicado una de sus novelas más celebradas, La guerra del fin del mundo, y Borges, un año antes, había ampliado su prestigio literario con la obtención del premio Cervantes, el galardón más importante que puede recibir un escritor en lengua castellana. 

Esta se halla desentrañada en el libro de Bioy Casares, Borges, que reproduce fidedignamente las conversaciones que ambos tuvieron durante cuarenta años de relación amical.

En la entrada del 19 de junio de 1981, Bioy anota el encuentro de Borges con un "periodista peruano, un hombre muy modesto". A continuación reproduce este comentario del maestro argentino:

«Borges: "Yo notaba que estaba furioso y que protestaba, como si se doliera de la humildad de mi departamento. Cuando se levantó para irse, oí la gota de la gotera que tuvimos durante una o dos semanas (un caño roto en el piso de arriba). Me dijo Fanny [empleada de Borges] que el hombre se iba con la cabeza empapada. De puro modesto no se había atrevido a cambiar de sitio, pero con indignación protestaba porque yo viviera en un departamento tan miserable"». [5].

A quien se refería, sin duda, era a Vargas Llosa por dos detalles: el mes y año de la entrevista -1981 (coincidente con la propalada en La torre de Babel)- y la gotera en el techo [6].

Borges no advirtió la importancia de su interlocutor [7]. Para entender esto hay que recordar que el escritor argentino no leía autores contemporáneos y que no era aficionado a la novela. (Bioy sí conocía la trascendencia de Vargas Llosa, pero como Borges no soltó el nombre del escritor peruano, para él pasaría también inadvertida su presencia aquella vez).

Han pasado cerca de cuarenta años de este último encuentro que unió a un eterno aspirante al Nobel y a quien después lo sería. Y han pasado catorce desde que Bioy Casares publicara parte de su diario con las intimidades de su amigo Borges.

Los tres, contando a Bioy, obtuvieron el premio Cervantes, y son referentes ineludibles de las letras hispanoamericanas en la actualidad.


Notas 

[1] Ver Diccionario del amante de América Latina, Paidós, 2006, p. 65.

[2] Ibíd.

[3] Diálogo con Vargas Llosa, Ricardo Setti, Kosmos Editorial, 3era. edición, 1990, p.p. 20-21.

[4] Ibíd., p. 21.

[5] Ver Borges, Bioy Casares, Ediciones Destino, 1era. edición, 2006, p. 1551.

[6] Ver Medio siglo con Borges, Mario Vargas Llosa, Alfaguara, 2020, p. 23.

[7] Alberto Manguel, un lector de Borges, de quien hizo un retrato en Con Borges, recuerda otro episodio de Vargas Llosa con el escritor argentino. Dice: «Cuando el joven Mario Vargas Llosa visitó a Borges a mediados de los cincuenta, recorrió el lugar humildemente amueblado y preguntó por qué el Maestro no vivía en un sitio más grande y lujoso. A Borges le ofendió el comentario. "A lo mejor en Lima las cosas las hacen así", le contestó al indiscreto peruano. "Pero aquí en Buenos Aires, somos menos devotos de la ostentación."» Ver Con Borges, Alberto Manguel, Editorial Norma S.A., 2003, p. 30.


Bitácora de navegación - Periodismo, libros y cultura
Todos los derechos reservados 2020
Creado con Webnode
¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar